Los que antes te
vendía indulgencias, ahora te venden democracia, con inclusión social,
exclusión de la pobreza y seguridad en todos los sentidos, como si esto se pudiese
lograr sin estar verdadera o psíquicamente fuera de realidad. Sin embargo los
que trabajan en estructurar formas superadoras en el corpus social, son poco
más que estigmatizados por expresar en el pensamiento la diferencia, que es ni
más ni menos que la movilidad humana del raciocinio, para que la humanidad sea
tal. Quienes habitan en los márgenes de la cordura colectiva (es decir quiénes
no viven como el común, sino en la orgía de los excesos y las prerrogativas
materiales y de todo tipo) sin embargo, se acusan entre ellos mismos de no
tener la suficiente ropa en el bolso, a modo de metáfora como para
caracterizarse negativamente como locos o fronterizos, temibles, de la
política,
Aún existen ciertas
células, anómalas que el corpus social, no logra domesticar, ponerlas al costado,
o mejor dicho en el sótano de su embestida, que por más que cada tanto se las
critique, no deja de ser un vagón, o varios vagones, de un único tren que nos
da desigualdad e injusticias, pero también una supuesta certeza, de que tenemos
un norte, de que vamos a un lugar, por más que no sea acá. La incomprensible,
inentendible e inconfesable pretensión de ciertos díscolos, que plantean lo
implanteable, lo que no está en la “agenda”, es la necesaria confirmación de la
regla, de que el sistema que nos cobija, es tan amplio en sus libertades que ni
siquiera repara en dar internación a estos locos sociales, a los que sentencia
a la indiferencia absoluta para que decaigan en sus pretensiones, ni siquiera
porque sean peligrosos, simplemente porque no se adecúan, no se disciplinan, no
se alinean, forman parte a su manera, y eso no debe ser así, pues debe existir
una sola manera, el resto de maneras, o de pretensiones de maneras, debe ser
erradicada en el compendio de lo “normal”.
El gran poeta Friedrich
Hölderlin termino loco, como otro Friedrich,
alemán también, Nietzsche (Uno
persiguiendo una deidad griega, el otro abrazado a un caballo) como tantos
otros, locos anónimos o suprimidos por una sociedad cruel y refractaria, el
límite, el margen, la frontera, es la clave, la parusía del interprete que vela
por el cambio sin que ser considerado una bestia, el político con ideas,
vanguardista, que señala el camino, ni más ni menos. “He sentido el viento del
ala de la locura” expresaba Hölderlin,
según piensa el Ingeniero y Filósofo
Paniker “Un hombre libre queda
relativamente inafectado por todo cuanto le sucede, desgracias incluidas.
Dispone de un margen. Frente a un contratiempo, sabe que este margen le permite
escapar al condicionamiento automático; sabe que de el depende que pueda
desesperarse o echarse a reír; sabe que la mas profunda espontaneidad no
arranca de nada.
La última
identificación de un hombre libre trasciende al sistema de signos que llamamos
mundo. El ser del hombre no puede comprenderse sin la locura, y la locura se
encuentra en la frontera de la libertad. Los seres humanos parece que no
existamos en tanto no aparezcamos en los medios de comunicación. Los nuevos
rapsodas son los periodistas. La fama, la proporcionan los medios. Es una fama
intrínsecamente efímera. El pensamiento débil nos deja a merced de los
caprichos de la moda. Se cultiva ante todo la apariencia. Se sospecha que la
realidad no esta en ninguna parte. Pero cuando la realidad se esfuma, también
la apariencia se esfuma. Este es el meollo de lo efímero. Los medios de
comunicación, con su inherente relativismo cultural, forman parte de un paisaje
de discursos heterogéneos donde todo cobra el aspecto de la fragmentación,
provisionalidad, vacío, eclecticismo. Bien; no importa. El nihilismo consumado
del pensar postmoderno nos abre así lo místico”.
Vamos a nuestro texto
“Lo Normal y la locura visto desde lo político y lo social”; para encontrar ese
margen entre una locura posiblemente individual una falla si se quiere más
genotipal u orgánica, a diferencia del empuje de lo social como secularización
de la locura, como segmento de lo diferente, de lo otro del que carece del
poder y lo pretende, lo que esta fuera de lo establecido.
Todo acontecimiento
que involucre al individuo como ser social, debe ser analizado desde ópticas
que contengan el conjunto de manifestaciones que hacen a la problemática A
partir de este sagrado principio intentaremos interpretar de que manera en la
actualidad, nominada cuasi universalmente como postmodernismo, (es decir
aquello que está más allá de la moda o realizando una visión más historicista,
lo que supera a lo moderno, creemos que inferir que este intento de superación;
que está dado básicamente por la infinitesimalidad de los conceptos o una
abrumadora contingencia dada para la elucubración de los principios que
permiten el desarrollo de un sinnúmero de creaciones, sean científicas o de
cualquier índole, pueden desviar nuestro objeto de análisis pero no por ello
dejamos de esbozar un breve comentario a algo trascendente) en donde las
visiones a cerca de las enfermedades mentales caen en bruscas confusiones, no
sólo desde el abordaje profesional sino desde un amplio espectro social, en
donde lo más problemático sea quizá en que hoy el concepto normalidad padece de
una seria patología innata, agravada por una terrible infección adquirida.
A modo de agrupar
con mayor precisión técnica y de comenzar con el análisis, nuestro propósito es
el de; analizar la normalidad a través del pensamiento y el lenguaje (no sólo
como procesos fisiológicos) ateniéndonos a una realidad social determinada
(optamos por la Grecia Antigua, básicamente por su condición de generadora de
las ciencias más abarcadoras) con el fin del que el lector traslade (con su
pensamiento) y transmita (por intermedio del lenguaje en el sentido más amplio)
sus conclusiones para diagnosticar con fehaciente precisión el estado actual
del término normalidad.
El término
normalidad debe su raíz al griego nomos, que expresa un significado de regla o
norma, se encuentra fuertemente enraizado en una idea de ordenamiento social o
para seguir con el griego de sofrosyne. Es de vital importancia considerar la
fuerte dependencia que este vocablo posee con respecto a lo social, es decir su
fuerte distanciamiento con lo individual. De esta manera nos encontramos con
una aporía de gran antigüedad, la cuestión de la acción personal en cuanto a la
interacción social.
Al situar este
conflicto debemos dar un primer paso elemental , el hecho de descartar las
patologías referentes tanto a la construcción del pensamiento (sea
bradipsiquia, tradipsiquia etc) como a la forma ( ideas fuertemente arraigadas,
ideas delirantes) ya que nuestro objeto de análisis pertenece a una esfera más
general que el simple hecho de interpretar las condiciones particulares de lo
que trata nuestra hermenéutica, es decir el considerar todas las perspectivas
individuales bajo una crítica precisamente de todo lo que engloba a aquellas,
es decir lo que significa realmente un estado de normalidad.
Al abordar la
problemática in situ nos enfrentamos a otro particular inconveniente, el de
considerar la causa, como condición necesaria, en un sentido Aristotélico que
nos revele la génesis misma de lo que se muestra como pensamiento canalizado en
lenguaje.
Los caminos son
claros pero intrincados ya que nuestro planteamiento no puede recurrir a
argumentos empíricos por la simple cuestión de que nuestro objeto es una
construcción del sujeto que termina siendo objeto del primero.
Es de vital
importancia nombrar de que manera el determinismo genético se encuentra
entrelazado con el idealismo que plantea un concepto de libertad, dentro de
este campo lindante con lo filosófico es necesario aclarar estas arduas
cuestiones.
Lev Vygotsky (en su
texto Pensamiento y lenguaje) critica tanto a Piaget (en su idea de
pensamientos encadenados que parten desde el autista no verbal al habla
socializada y al pensamiento lógico) como a Willian Stern (con su idea de personalismo)
ya que dejan de helado las raíces genéticas del pensamiento y el habla y basan
sus presupuestos en pruebas fácticas observables, el primero, y en
construcciones teóricas, el segundo. Esta crítica no nos sirve dentro de
nuestras consideraciones, ya que si bien, comprobado es el hecho de que las
formaciones genotipales influyen directamente en una futura construcción de
personalidad, resulta imposible predecir las modificaciones que podría ejercer
el factor social, de esta manera nuestro circularidad de objeto–sujeto necesita
una interpretación teórica, ya que la formación conceptual del término
normalidad trasciende los límites fisiológicos y empíricos, trastornando tanto
su ambigüedad en la definición como su abarcabilidad en la práctica.
Por tanto, y no es
el caso de realizar un texto académico, no queda más que establecer con
claridad meridiana, que desde un inicio y por todo el transcurso de los
diferentes formas de concepciones filosóficas de la humanidad, la normalidad,
hasta incluso asociada a lo orgánico o medicinal, (sobre todo después de
Foucault), no deja de ser más que una etiqueta, utilizada por sistemas de
poder, que imponen, cuando no, por discursos únicos, en realidad lo que debe
ser (y no en el sentido Kantiano, sino sistémico) y no lo que es, desde un
sujeto, que puede, pensar, amar, sentir y modificar sus propios parámetros como
los ajenos, sosteniendo la construcción de lo no-normal o en realidad lo no
establecido, que es ni más ni menos, que la consideración de la locura, por parte
de los otros dominantes, pero que se traduce en el grito humano de la libertad
en su máxima expresión, generando a su vez, expectativas hacia un futuro que se
salga de lo establecido, permitido y normal.
El no normal, es un
transformador innato, que debe cargar con la etiqueta negativa en su presente
coyuntural, pero debe esforzarse por sostener sus principios e innovaciones a
los efectos de apostar, no ya por él mismo, sino por parte de la humanidad que
lo trasvasa, a un futuro probable y posible, donde las cosas se vean, se
sientan, se lean y se interpreten, diferente.
En conclusión, dado
que la idea es atribular de elementos positivos a quiénes pretendan un cambio
para mejor, como síntesis podemos ofrecer a todos aquellos que tuvieron la
posibilidad de leer el presente texto, pero no se dieron ni se dan la
oportunidad de pensar; para los que tienen la posibilidad de transformar tantas
cosas y se quedan en la pequeña, para los que el azar y la oportunidad los
depósito en el lugar en donde sólo dejarán pasar el tiempo que los vuelva a su
pútrida realidad, para los que hoy ostentan glorias ajenas y obedientes a la
inercia, la cuestión es tan simple y compleja, cómo el canto de un pájaro que
se pierde en la inmensidad del cielo o como el grito libertario que deja su
huella en la historia de la humanidad, el peso de la pluma que destruye la
fortaleza del arma más sofisticada, sólo se empuña en manos que sepan destilar
la sagrada tinta, por más que por cierto tiempo estén manipuladas por torpes y
toscas muñecas, un proceso tan natural y lógico, que esconde la mística y la
belleza, cuando, luego de varios intentos, finalmente cae, seducida y
embelesada en las falanges adecuadas, para que la historia continúe su excelsa
escritura, liberada ya de las comas inexistentes y burdas, por más que sean
necesarias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario